Capítulo 2
Capítulo 03
—¡A-ahhhhhhhhhh!
El horror en los ojos de los otros sacerdotes también fue evidente mientras miraban al arrugado sacerdote con sangre brotando de cada orificio de su cuerpo. Tenían la fuerte sensación de que algo iba mal. Una persona corrió y agarró el picaporte de la puerta, pero no se abrió. El sacerdote aporreó la puerta y gritó desesperadamente.
—¡Por qué está pasando esto! ¡S-socorrednos! Ayud…
Pronto no se oyó nada.
Aquellos sacerdotes desaparecieron aquel día y nunca se supo de su paradero.